Los Heraldos Negros y Espergesia, César Vallejo
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Los Heraldos Negros y Espergesia
De César Vallejo
La primera cosa que me impactó en los poemas “Los Heraldos Negros” y “Espergesia” fue la sensación de desamparo que proyectan. Al mirar los otros poemas noté que los temas parecen casi todos ser serios y desconsolados. También noté una influencia fuerte de la religión. Sin embargo, de lo que he leído de Vallejo, (que es MUY poco) el parece creer en Dios, pero en un Dios que juega, que se descuida, que se enferma, como en “Espergesia,” y que definitivamente no es el Dios perfecto del que habla la Iglesia Católica.
“Los Heraldos Negros” es un poema dolorido. Parece, como dice José Miguel Oviedo en el prólogo, que fuera como si alguien estuviera llorando tanto que casi no podía hablar, “Son pocos; pero son… Abren zanjas oscuras,” (47). Todo el poema es como una lamentación. Me pareció llamativa la idea de que cuando la vida nos da estos golpes tan grandes, todos los otros sufrimientos menores se resaltan, “Golpes como el odio de Dios; como si ante ellos,/ la resaca de todo lo sufrido/ se empoza en el alma…” (47). Lo interesante del poema es que Vallejo nunca nos cuenta cuales son los golpes de los que habla. Solo habla de la gran tristeza que le causan.
También es interesante, y un poco inquietante, como trata Vallejo el tema de la muerte. La muerte, en este poema, parece ser algo que es presagiado por los golpes de la vida. Es como si la muerte fura el golpe final. Pero también puede interpretarse como si esos golpes nos mataran lentamente y que con cada golpe la muerte se estuviera acercando más y más. También parece decirnos que nadie es inmune a estos golpes como nadie es inmune a la muerte.
El tema de la religión es utilizado en una forma que comunica como un desamparo de Dios. Para Vallejo, Dios odia y tiene al hombre “Pobre…pobre!” (47) completamente desamparado y olvidado. El hombre parece ser un ente dejado a sus medios en un universo que no puede entender ni controlar. Luego, en medio de toda la confusión la muerte conspira para enviarle un golpe que lo sorprende completamente para recordarle de su inevitable fin y de todo lo sufrido y por sufrir.
“Espergesia” también sigue con el tema doloroso y lúgubre. Esta parece ser una persona que ha sufrido mucho aunque no lo demuestre. Sin embargo, esta persona no toma responsabilidad por su sufrimiento, todo es culpa de Dios. Aquí aparece otra vez ese Dios que abandona al hombre. Como en “Los Heraldos Negros,” nunca se nos cuenta por qué dice que Dios estaba enfermo cuando nació. Nos dice que es malo y que hay una razón para su maldad, pero nunca nos dice cual es la razón. Sólo nos dice que tiene un vacío.
Me gustó mucho la idea del saber y no saber. Parece indicar que nunca conocemos a nadie realmente. También parece indicar que nunca sabemos las raíces y causas de ciertas características en la gente. Es un poema muy oscuro, dónde “la Luz es tísica,/ y la Sombra gorda…” (63). Es muy interesante el uso de las mayúsculas en las palabras luz y sombra. Parece denotar que con Luz quiere decir Dios y con sombra el diablo. Otra vez aquí se puede ver el tema de la religión y Dios como algo difícil de entender y enajenado del hombre. En cambio, el mal parece fácil de encontrar. Me gustó mucho el uso de la palabra “grave” en la última línea.
Me gustó mucho el poema “A mi hermano Miguel.” Primero me llamó la atención porque yo tengo un hermano que se llama Miguel, pero después de leerlo, me gustó porque me impresionó que la misma persona que escribió los dos poemas que mencioné pudiera escribir algo con un sentimiento tan fuerte de amor por su hermano. El elemento del juego y de que el no quiera aceptar que su hermano esté muerto le dan un matiz de ternura que realmente no esperaba de este autor. Sin embargo, sigue siendo un poema muy triste donde la muerte desempeña un papel importante.